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LA PENETRACIÓN ANAL NO ES COSA DE PERVERTIDAS.

Si bien aún en nuestros días se sigue tachando a la masturbación como algo indebido y morboso, la práctica del sexo anal supera al anterior como transgresor por ser calificado como "sucio", "perverso" y "del gusto de los depravados". Lo cierto es que el ano tiene tantas terminaciones nerviosas sensibles como vagina o pene, por lo cual es igualmente capaz de producir placer; incluso, algunas investigaciones al respecto indican que hay mujeres que sólo pueden alcanzar el orgasmo por esta vía, sin que intervenga vagina o clítoris, aunque no es lo más frecuente.


La penetración anal ha sido por siglos la opción para quienes buscan preservar la virginidad y evitar embarazos no deseados, o como una opción en los períodos de menstruación. No obstante, es muy importante tomar algunas medidas que harán de este tipo de coito seguro y satisfactorio; por ejemplo, el uso del condón resulta de vital importancia, ya que la mucosa rectal es una vía de entrada de virus y bacterias que pueden invadir al órgano masculino y causarle alguna infección; por la misma razón se debe cambiar el preservativo si se contempla una penetración vaginal, o bien, lavar pene o dedo que se haya empleado en la penetración antes de introducirlo al órganos reproductor femenino.


También debe tomarse en cuenta que a diferencia de la vagina, el recto no se auto lubrica tras la excitación, por lo que deberá utilizarse crema o gel lubricante con base acuosa (vaselina y aceites pueden perjudicar al látex del preservativo); el producto debe colocarse tanto en pene o dedo como en ano. Finalmente, tenga en cuenta que el recto puede llegar a sufrir daños si el coito es violento, de manera que la penetración debe ser cuidadosa, paulatina y suave, retirándose si el receptor refiere dolor intenso.


Fuente: Gabriela Uribe.


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