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CONGRESO Y GOBIERNO DEL ESTADO PLAGADO DE CHAPULINES; 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲.

El “chapulineo” es una práctica viciada en el ámbito legislativo; lleva años arraigado sin que nadie haga el mínimo intento por combatirla, a pesar de tratarse de un fraude flagrante a la voluntad ciudadana expresada en las urnas.


Para quienes se pregunten lo que es “chapulineo”, le diríamos que es esa costumbre de los legisladores, de “brincar” de un partido a otro, o sencillamente declararse sin partido, de acuerdo a la conveniencia personal o de grupo para porterior infiltrase a una candidatura con el partido o coalición “de moda”.


En Quintana Roo tenemos ejemplos de sobra. De hecho, la actual Legislatura, es la que más “chapulines” o “chapulinas” tiene.


Precisamente, una de ellas es la diputada Estefanía Mercado del D10 que recientemente logro ganar gracias al Partido Verde, que fue en coalición con MORENA y que viene recientemente de PAN, cuando fue candidata a la diputación federal por este partido.


El espacio no alcanzaría para enlistar tantos ejemplos de “chapulines” y “chapulinas” en el Congreso del Estado..


¿Por qué nadie hace nada?, seguramente se preguntará usted. La respuesta es sencilla: porque los principales obligados a ponerle “candados” a la ley, para acabar con ese fraude electoral, son los legisladores, pero resulta que son los que más se benefician de esa práctica.


En ello está la explicación del por qué los legisladores han permanecido tantos años de brazos cruzados, sin importarles que se tuerza la voluntad ciudadana expresada a través del voto.


Porque eso es lo que significa el “chapulineo”: un fraude electoral.


Las cosas ya rebasaron los límites de la decencia, y por lo tanto es momento de que desde la sociedad empujemos para que se establezcan en la ley disposiciones que impidan que un diputado pueda cambiar de partido.


Si un diputado resulta electo bajo las siglas de un partido, debe concluir su periodo de ejercicio con ese mismo partido, y punto. Es urgente hacer algo para acabar con esa plaga de “chapulines” y “chapulinas”.


Fuente: Alex Sosa.


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